miércoles, 29 de enero de 2014

Bandera blanca

Que onda conmigo. El calor esta afectando mi cabeza y alborotando mis hormonas, y eso que el verano recién empieza. Que me pasa no puedo estar de vuelta a las andanzas de antaño cuando era una chiquilla estúpida.

Bese a un huevon. Si lo admito y me declaro culpable por ese delito, por cometer un crimen en una discoteca, mientras consumía una cusqueña  y me movía al ritmo de la canción.


Después de un arduo medio día de trabajo y algunas horas en la arena absorbiendo los rayos solares,  cual planta haciendo fotosíntesis, creo que la temperatura empezó a afectarme.

Donde quedo mi cordura, bueno creo que la deje en casa cuando decidí ponerme esos shorts tan pequeños.

Creo que entre en un trance junto con este chico, porque no intercambiamos mi media letra y sólo nos movíamos al ritmo de la música que electrizaba nuestros cuerpos.

Rozamos narices un montón de veces, mi espacio sería invadido y debía evitarlo. Pero el tampoco iba a dejar de intentarlo. Era como una mini batalla y mi nariz era mi escudo para esquivar sus intentos. Pero no pude evitarlo. Mi cuerpo cedió, escuchaba su respiración tan cerca.  Baje la guardia y sus labios invadieron los míos, haciéndolos reaccionar ante sus movimientos. Y yo sólo agite mi bandera blanca atada a su cuello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario