domingo, 30 de junio de 2013

¿Por qué ser mujer es tan complicado?


No lo digo sólo porque me encuentro en esos días del mes en que se aparece Andrés. Y la verdad que es un estrés tratando de buscar la comodidad cuando tienes puesto una toallita o un tampón. Siempre preocupada de los movimientos que realizas para no manchar la ropa. Cuando no viene en los días que tiene que venir una entra en pánico, empieza a alucinar lo peor. Y cuando viene sólo quieres que se vaya pronto. 

Y eso no es todo pues tenemos que hacer miles de cosas para vernos y sentirnos bien. Sesiones de depilación que se intensifican en los meses de verano. Depilación laser, depilación con luz y la rasuradora son algunas opciones para evitar el dolor del tirón con cera caliente, sobretodo en las partes de abajo. ¿A qué hombre le gustaría andar con una chica que tenga pelos en la axila ? Que levanté la mano al que le gustan las chicas con bigote o con las piernas peludas. No hay forma pues.

Arreglarnos el pelo es otro tema complicado. Ocultar las canas es un chancay de a veinte comparado con la odisea de las lacias por tener el pelo ondulado. Y el de las onduladas por mantenerlo alisado. ¿Por qué no podemos estar contentas como estamos?

Pero se viene lo más complicado. Cargar además de nosotras a otro ser por nueve meses, soportando la hinchazón en los pies, que la ropa no te asiente, con dolores, mareos y náuseas. La completa transformación de nuestro cuerpo. Y luego sorprenderlos a ustedes trayendo una pequeña personita al mundo.

Somos una montaña rusa de emociones, sensaciones y sentimientos. Somos como un volcán el cual no sabes cuando va a estallar. Somos como somos pero ustedes nos quieren igual. ¿O me equivoco?

martes, 11 de junio de 2013

De campamento en Carampoma-Japaní



Hacia tiempo que quería escapar de la rutina, y empezar una nueva aventura. Así que me 
decidí, y el sábado a las 7.30am ya estaba en la casa de L con Cau. Luego de acomodar las mochilas y el resto del equipo en Chitara, la camioneta de L, empezamos el trayecto.

La primera parada fue en un grifo en la carretera, donde nos encontramos con el resto de grupo que viajaba en otro camioneta. Siete personas en busca de nuevos caminos.  Una vez que las camionetas fueron alimentadas con el combustible adecuado, cargado con las provisiones necesarias y con los walkie talkie en mano, era momento de continuar con el recorrido.

Más de cuatro horas de camino, entre paradas para tomar fotos y preguntar a las personas más amables la dirección correcta. Pasamos Chosica, Santa Eulalia, Callahuanca, Huinco, Autisha, San Pedro de Casta y San Juan de Iris, bordeando las montañas que se tornaban cada vez mas verdes conforme nos acercábamos al destino. Hasta que por fin, después de conversar harto en el auto y disfrutar del increíble gusto musical de Cau, llegamos a Carampoma.

Un plato de arroz con huevo doble yema llenó de satisfacción nuestros estómagos y ya estábamos listos para adentraremos por fin en las montañas. Mochilas en la espalda empezó la caminata en altura.  Subir las verdes montañas, algunas tenían andenes y en otras pastaban las vacas mas hermosas.

Eran las seis de la tarde y todavía nos faltaba un kilometro de camino, pero el  frío empezaba a acercarse así como el sol a ocultarse. Así que empezó la odisea para armar las carpas donde nos refugiaríamos en la noche. Y digo una odisea, pues una de las linternas dejo de alumbrar muy pronto, y con solo una luz armamos dos carpas sobre un terreno que no era del todo plano.

El frío se hacia más intenso y perforaba mi cuerpo, pero no me importaba estaba feliz, maravillada. Los siete tirados sobre el pasto mirando las estrellas, alucinando con ellas. Nunca había estado tan cerca de las estrellas ni rodeada de tantas.

Un par de horas después, luego de comer un par de latas de atún con galletas, los siete nos refugiamos del frio al interior de la carpa. Un shot de Capitán Morgan nos hizo sentir nuevamente los dedos de los pies, y las carcajadas e historias hicieron la noche. Caímos rendidos, pero dormir profundamente es difícil, sobre todo si el lugar donde duermes esta inclinado hacia un lado. Los que dormimos hacia el lado derecho perdimos, pues bastaba que nos acomodáramos un poco para perder el sitio, ya que el que estaba al lado se rodaba.

El viento soplaba y parecía que alguien azotara la carpa, y con L terminamos hablando de dioses griegos a la madrugada. Y a las cinco en punto nos despertó el graznar de un burro. A las seis nos rendimos con el sueño y salimos a tomar desayuno y preparar nuestros cuerpos para bajar la montaña.

Fue muy divertido, te retas a ti mismo constantemente y conocí a cuatros personas maravillosas que hicieron de esta travesia aun más divertida. Pero también volví a conocer a mi amigo de siempre, a L. Y fue raro, pues hemos andando con el mismo grupo de amigos desde que nos preparábamos en la academia para ingresar a la universidad, pero recién este año siento que lo estoy conociendo de verdad. Y me alegra tenerlo como amigo, fue valiosa su presencia cuando en la ultima parte del camino mi cuerpo no podía mas. No se separo de mi y me dio fuerzas para llegar a la meta, y realmente se lo agradezco porque toda esta experiencia fue mística…







martes, 4 de junio de 2013

Con amor, tu destino...


¿Tu, de verdad existes? Siempre me hago esa pregunta pero nunca puedo terminar de responderla. Y  acabo con dolor de cabeza, pues ambos lados de mi cerebro se pelean por defender sus propias ideas.   

Y es que no se si te conozco, si ya nos conocimos o si te conoceré algún día. No se si nuestros caminos ya se cruzaron y no nos dimos cuenta. Tampoco se si estas cerca o estas lejos. Si vives acá o en otro planeta. No se como es tu rostro, no se cuan profunda es tu mirada, no se como se siente tu cabello al rozarlo con mis manos. Tampoco se como es tu andar, ni por donde caminas. No te puedo identificar.

Me gustaría encontrarte o que me encuentres. Descubrirte en el camino y ponerle cara a la sombra que imagino. A veces me pregunto si puedes ser tu el tipo que va siempre los domingos a comprar el pan, o si eres el que pasea al bulldog ingles los sábados por la tarde. Si eres con el que casi me estrelló al cruzar la calle.

No tengo idea si  algo de lo que escribo tiene sentido, o si solo me estoy volviendo loca conforme pasan los días. Solo se que por mas que me esmere en ocultarlo quiero vivir el cuento de hadas, porque creo que en fondo soy una romántica empedernida. Quiero que nuestro encuentro sea casual, como quien se tropieza con algo. 

 Adiós desconocido, espero nos crucemos pronto. Con amor, tu destino.