viernes, 9 de marzo de 2012

Resoluciones para el 2012

Estos últimos días mi vida se ha aferrado a una rutina que me fastidia, que ya no soporto. El solo hecho de tener que despertar a la misma hora todos los días, alistarme a la brevedad posible y subirme al auto por 40 minutos para llegar al trabajo a las siete de la mañana solo para hacer las mismas tareas todos los días, me tiene loca. 
Quiero un nuevo trabajo, pero ni los 1000 y 1 CVs que he mandado me han conseguido una entrevista en los últimos meses.  En el plano laboral me veo frustrada, sentada en el mismo sitio aferrada a mi computadora, a mis reportes y a mis útiles de oficina. Siento como si hubiera presionado un botón de piloto automático que hace mover mi cuerpo y mi vida sin que yo tome conciencia. Pues de lunes a viernes mi vida está programada para funcionar de cierta manera, mientras que llegado el fin de semana cualquier cosa puede pasar y estoy preparada para lo que se venga.
En el plano emocional no me preocupa no tener flaco, estoy viviendo mi soltería al máximo y disfrutando mi tiempo conmigo y con mis amigas. Pero a veces a uno le provoca poder contar con un hombre al lado, para abrazarse, para que caliente el otro lado de la cama y para darle un poco de acción a la vida. Por el momento no me quiero involucrar con nadie, pues quiero aprovechar mis casi 25 años al máximo y porque aun no me siento preparada para entregar mis sentimientos y emociones a otro. Pensaba en un “amigo con beneficios” y el chico del mar hubiera calzado perfecto en esa categoría si no fuera por algo que hace unos días me contaron.
Por ello he decidido que se deben cumplir mis resoluciones para este 2012 – aunque quizá lo escriba un poco tarde – las cuales son:
1.  Encontrar un mejor empleo que me llene, me satisfaga tanto en lo profesional  como en lo económico.
 
2.  No enamorarme este año y vivir al máximo mi soltería. Hasta ahora todo va bien.
 
3.  Viajar a otro continente.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Si ligaramos como los hombres

Porque son los hombres los únicos que están permitidos acercarse donde una chica en una discoteca/bar/antro sacarlas a bailar, invitarles un trago, usarlas por una noche y estar socialmente permitido. El hombre queda como un ganador/macho alfa, su conducta es aplaudida y socialmente aceptada, pero a nosotras las mujeres se nos margina de alguna manera y nos tildan de perras/fáciles y otros calificativos que no vale la pena mencionar.
Seria increíble que podamos cambiar esta situación, que podamos acercarnos con la frescura que nos caracteriza y sacar a bailar a un pata sin que se le suban los humos.  Y sin que se nos califique de algo que nos pueda hacer sentir menos.
A veces me gustaría silbarles a los hombres que pasan por la calle al mismo estilo de los obreros de construcción, y lanzarles un par de groserías considerados piropos.  Solamente para que sientan lo mismo que nosotras, que muchas veces no podemos caminar tranquilas por las calles porque los lobos hambrientos miran cada parte de nuestro cuerpo con unas ganas que pareciera que se excitan con solo olernos.
Otra situación graciosa seria proporcionarles una metidita de mano aprovechando el tumulto de gente en una concurrida discoteca - ellos también lo hacen - solo para saber cuál sería la reacción. Dudo mucho que traigan a su flaca para que ponga a la “mano larga” en su sitio, pero de todas maneras le contaría a sus amigos y de alguna manera sonaría como si él fuera el guapo irresistible, cuando en esta oportunidad las chicas tomaron en control de su culo.
Como seria el mundo al revés, aunque sea por un día, si nosotras ligáramos como ellos. Aquí les dejo un video para que lo gocen.